De Visita a Casa de Jaume Fàbrega

Caroubé estuvo visitando al periodista, escritor, historiador y gastrónomo Jaume Fàbrega en su casa en Porqueres, Girona.
Entre los productos que reuní para la Tienda de Caroubé, encontré un libro de recetas que elaboró la Fundació Alícia. Este libro promociona la algarroba como un alimento sano y versátil en el mundo culinario, en el libro se explican los valores e historia de este fruto mediterráneo y ofrece un amplio recetario de lo más variopinto, con recetas elaboradas por distintos chefs de nuestro país.
 
Empecé la búsqueda de los intérpretes del libro para ofrecerles colaborar en Caroubé haciéndoles una entrevista. La primera persona a la que contacté fue a Jaume Fàbrega (propuso el proyecto, lo revisó y elaboró el prólogo), el primer contacto fue muy positivo y aceptó encantado. Después de un par de mensajes, descubrimos que a pesar de la distancia había entre ambos, teníamos un lazo que nos une aparte de la algarroba. 
 
Actualmente vivo en la provincia de Granada, pero soy hija (como dicen en mi tierra), “filla de Porqueres”. Mi infancia y juventud la he pasado a caballo entre Porqueres y Banyoles, he vivido gran parte de mi vida en ambos pueblos y siento que soy parte de ellos. Jaume Fàbrega nació en Fontcoberta, pero es Banyolí de sentimiento.
 
Ante la grata sorpresa barajamos la posibilidad de conocernos en verano, pues como voy a visitar a mi familia durante las vacaciones, sería un buen momento para conocernos en persona y poder agradecerle su colaboración en Caroubé.
 
Jaume Fàbrega ha publicado más de 60 libros, es historiador, profesor de gastronomía, periodista, escritor y consultor gastronómico. Es un honor contar con su colaboración para "Las Entrevistas de Caroubé", pero más aún, poder conocerlo en persona.
 
Ante esa oportunidad, lo llamo por teléfono y quedamos en pasarme una mañana por su casa, cuando yo esté por allí en verano. 
 
El día que quedamos tuve que acudir al encuentro con mis tres hij@s, mi compañero había agotado sus días de vacaciones y tuvo que volver a Granada. Aunque una de las ventajas de ser trabajadora autónoma es la adaptación que algunas profesiones pueden hacerse con la vida familiar, a veces eso puede convertirse en algo no tan ventajoso.
 
No le había comentado a Jaume que a nuestra cita se habían incorporado tres espectadores y al aparcar pensé que a lo mejor no era buena idea compaginar en ese momento la maternidad con el trabajo, pero ya no había vuelta atrás y allí estábamos los cuatro tocando el timbre de su casa.
 
Nos atendió la pareja de Jaume, porque él estaba hablando por teléfono y nos invitó a pasar al salón. Fuimos entrando en fila india, alumbrados por una atenta mirada entremezclada de cariño y asombro al vernos desfilar tal mamá pata y sus patit@s.
 
Allí sentados en el salón, me sentí algo incómoda por la situación de mezclar una situación laboral que estaba acompañada por la familiar. Creí que no podría mostrarme totalmente profesional teniendo que ejercer el papel de madre a la vez.
 
Pero a la vez me resultaba una sensación extraña, porque al contrario no se muestran esas inseguridades, ya que no me planteo el no saber mostrarme como una madre si estoy en terreno profesional. En sociedad, en muchas ocasiones aunque nos vendan la moto de que es fácil compaginar la vida profesional con la personal, llevar a cabo la labor profesional mientras se está criando, en muchas ocasiones puede resultar una situación incómoda.
 
Los primeros cinco minutos de tranquilidad de mis hij@s de caras a lo ajeno se iban acortando. Se habían percatado de que el salón hablaba de recuerdos, de viajes a países lejanos...era claramente una buena oportunidad de conocer más y observar de cerca todos aquellos objetos, así que se levantaron y empezaron a mirar, observar….y a moverse por el salón, la cocina, el pasillo….
 
Yo también me había percatado de la riqueza cultural y de historia que mostraba la casa, mi parte profesional me hablaba de la posibilidad de hacer algún artículo para el Blog, pero el miedo inundaba mi parte maternal e iba llegando el temor del peligro a que algo se pudiera caer al suelo si tocaban algo.
 
Como suele pasar muchas veces, me dejé dominar por el miedo y como la espera se alargaba un poco (con niños más de 10 minutos pueden resultar medio día), me saqué un as de la manga que se carga las buenas bases de la educación: “Si estáis tranquilos, quietos y sentados mientras yo charlo un rato con un señor que ahora bajará, luego os compro el dulce que queráis". Este as nunca falla, cuando llevas una alimentación bastante sana, en donde se controlan un poco los dulces, azúcares y guarradas en general, la tentación es irresistible.
 
La curiosidad innata que alberga en los niños tuvo más fuerza que un dulce y cuando Jaume entró al salón a saludarnos y disculparse por su tardanza, mis polluel@s ya estaban como pedro por su casa. Charlamos un rato sobre la casualidad de que los dos fuéramos del mismo pueblo y también me contó cosas muy interesantes sobre la algarroba.
 
Mis hij@s iban y venían durante nuestra conversación y cada vez revoloteaban más alrededor nuestro preguntando sobre objetos, jarrones, cuadros, adornos, etc. Así que trasladamos nuestro interés de conversar sobre la algarroba y nuestro pueblo, al gran interés que mostraba una pequeña periodista en fotografiar y saber de dónde eran esos objetos que había por toda la casa. Jaume nos hizo un pequeño tour por la casa, delante de cada objeto que le señalaba alguno de mis hij@s, Jaume nos contaba su procedencia e historia en la antigüedad y como buen amante de la historia que es y con la pasión que lo contaba, sus relatos eran tan interesantes que mantuvo la atención y el afán de seguir preguntando de los tres. 
 
Así estuvimos un largo rato, trasladándonos a algún lugar del mundo, en una época pasada, a través de los recuerdos traídos de sus viajes.
 
Fue muy agradable y aunque yo me había disculpado varias veces por invadir su casa con los niñ@s, a ambos nos alegró como se había ido transformando ese encuentro, que en un principio iba a ser dedicado a hablar sobre la algarroba.
 
No me queda duda de que Jaume Fàbrega en su faceta profesional tiene una trayectoria admirable, pero después de estar aquella mañana en su casa, me consta de que es una persona cercana, sencilla, amable y atenta, con paciencia para los niñ@s (no a todo el mundo se le dan bien) y es una persona campechana.
 
Fue todo un placer acercarnos y conocerlo en persona, mi hija Abril sacó un amplio reportaje fotográfico de los recuerdos que le llamaron más la atención y se acuerda de cada una de las historias que Jaume nos contaba de sobre ellos.
 
Aquí os dejo algunas fotos de ese día y quiero agradecerle a Jaume su cordialidad al atendernos en su casa y mostrarme de una forma tan natural, que entrelazar la parte humana con la profesional es positivo.  
 
Recuerdos traídos de otros países dentro y fuera de la casa
 
Isabel Páez de Caroubé entregando un detalle de algarroba a Jaume Fàbrega